viernes, 2 de noviembre de 2012

Prólogo a "Ladrido: una polémica & El arte / El velo" de David Meltzer

Eric Schierloh, amigo, poeta, novelista, editor, padre, profesor,  lleva adelante el precioso proyecto "Barba de Abejas", libros artesanales, casi de mano en mano. De los títulos publicados (que salen en tanda cada 3 meses) 4 son traducciones de textos desconocidos. Así nos fue acercando a nuestro castellano la poesía de H. D. Thoreau y de Theodore Enslin  en la primer tanda, y ahora  cosechó -con la novedad de ilustraciones coloreadas a mano- a D. H. Lawrence y David Meltzer, de cuyo libro ahora estamos compartiendo el prólogo.

Larga vida a las abejas de Bee-ly

De "Ladrido: Una polémica & El arte / El velo", de David Meltzer, el prólogo por Eric Schierloh.
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PRÓLOGO




When I was a Poet
I was an Acrobat
a Tightrope Walker
keeping balance
in my slippers
on a wire above
Grand Canyon
Inferno
Vertigo
D.M., “When I Was a Poet”





David Meltzer nació el 17 de febrero de 1937 en Rochester, New York, hijo de músicos: chelista el padre, harpista la madre. Cuando David todavía era niño la familia se mudó a Brooklyn, y en 1954, tras el divorcio, se fue a vivir a Los Angeles con su padre. En 1957, un año después de la publica-ción de Howl and Other Poems de Allen Ginsberg y el mismo año de publicación de On the Road de Jack Kerouac, se mudó definitivamente a San Francisco, donde se unió al grupo de poetas en torno a Jack Spicer y Robert Duncan, quienes en cierta forma guiados por Kenneth Rexroth y Madeline Gleason estaban gestando cambios radicales en la literatura, las artes visuales, la filosofía, el interés por las culturas orientales (el zen, las poesías japonesa y china) y la política, cambios que luego conformarían el espíritu de lo que se conoce como el Re-nacimiento de San Francisco, algo así como el ala oeste de la Generación Beat. En el calor de este movimiento, en 1958, in-cluso antes de publicar su primer libro de poemas, Meltzer (que toca la guitarra, la mandolina, la armónica y también el piano) registró un disco que recién se publicaría en 2006 bajo el sello Sierra Records: David Meltzer: Poet with Jazz 1958. Meltzer se ha referido a aquellos años beat de poesía, jazz y va-gabundeo como “un bar mitzvah de desesperanza en la cafete-ría Waldorf, anhelando la oportunidad de hacer explotar New York”. Durante toda la década del ’60 Meltzer tocó con su ban-da Serpent Power, y de hecho, al igual que Ginsberg[1] y Kero-uac, estuvo entre los primeros en trabajar su poesía en contac-to estrecho con la música, tanto el jazz como el folk y el rock.
David Meltzer
"Ladrido: Una polémica & El arte / El velo"
Barba de Abejas, 2012

David Meltzer es un autor de obra vasta. Entre otros ha es-crito los libros de poemas The Clown (Semina, 1960), The Process (Oyez, 1965), The Dark Continent (1967), Round the Poem Box (1969), Yesod (Trigram, 1969), Greenspeech (1970), Luna (Black Sparrow, 1970), Hero/Lil (Black Sparrow, 1973), Arrows: Selected Poetry, 1957-1992 (Black Sparrow Press, 1994), No Eyes: Lester Young (Black Sparrow, 2000; li-bro en el que le rinde homenaje al gran saxofonista y clarine-tista de jazz), David’s Copy: The Selected Poems of David Melt-zer (Penguin Group Press, 2005) y When I Was a Poet (City Lights, 2011). También ha escrito ficción: The Agency Trilogy (Brandon House, 1968; Richard Kasak, 1994), Orf (Brandon House, 1969; Masquerade Books, 1995) y Under (Rhinoceros Books, 1997); los libros de ensayos Two-Way Mirror: A Poetry Notebook (Oyez, 1977) y Beat Thing[2] (La Alameda Press, 2004); ha editado las antologías The Secret Garden: An Antho-logy in the Kabbalah (Continuum Press, 1976; Station Hill Press, 1998), Birth: Anthology of Ancients Texts, Songs, Pra-yers, and Stories (North Point Press, 1981), Death: Anthology of Texts, Songs, Charms, Prayers, and Tales (North Point Press, 1984), Reading Jazz (Mercury House, 1996), Writing Jazz (Mercury House, 1999) y San Francisco Beat: Talking With the Poets (City Lights, 2001); ha grabado, además del ya mencionado David Meltzer: Poet with Jazz 1958, otros dos dis-cos: Serpent Power (Vanguard Records, 1968) y Poet Song (Vanguard Records, 1969), ambos reeditados en 1996, Serpent Power/Poet Song (Comet/ Akarma Records).
Su obra permanecía inédita en español, incluso en antolo-gías dedicadas a la poesía de la Generación Beat.



El presente volumen recoge los libros Bark: a Polemic (Capra Press, 1973) & The Art / The Veil (Membrane Press/Light and Dust Books, 1981)[3]. El primero de ellos está compuesto por poemas y textos en prosa y, ya desde el título, tal vez se deje le-er como una especie de aullido aunque sin pretensiones épico-generacionales y en algo así como una clave humorístico-perru-na, ambientada en la costa oeste, en Bolinas, o Dogtown, la ciudad de los perros, una comunidad bastante inaccesible en la llamada Bay Area de San Francisco conformada por bohemios habitantes algo afectos a la reclusión, hogar del poeta y, en su tiempo, de otros beats como Richard Brautigan, Robert Cree-ley, Joanne Kyger y Philip Whalen. Los “ladridos” que articu-lan una visible dialéctica del amo y el esclavo los profieren pe-rros (¡¿siempre perros?!), perros felices, perros abandonados, perros sarnosos y perros de jardín privado (squares?), a veces inadaptados o outsiders (beats, hipsters?), armados con pregun-tas sinceras y en ocasiones filosóficamente imprudentes sobre el mundo de basura y sordidez que ven a través de sus viejos ojos cansados o inocentes, después de haber sido lobos de la naturaleza y de sí mismos para ser perros del hombre, mien-tras son carcomidos por la sarna, las garrapatas, la hediondez de vagabundo, las pulgas o la simple rasquiña de perro; las res-puestas, cuando aparecen, son casi folk-trash, como salidas de una galleta de la suerte en descomposición, sin un oráculo: «That’s life, dumb fucker, that’s the old ballgame». Es posible, por otra parte, que no esté del todo ausente la mirada crítica sobre la Guerra de Vietnam (1964-1975), y entonces tal vez también la del perro como sujeto sociológico:

Perro es Judío
Perro es Negro
Perro es Blues
Perro es Pobre
Perro eres Tú
Perro es listo o idiota o un poco de ambos…

Bark: a Polemic es, por último, la relación del origen legen-dario de esa ciudad canina por naturaleza, historia y nomencla-tura, a la que se accede tan sólo por un camino bastante in-transitable que sus habitantes intentan mantener secreto y le-jos de los curiosos destruyendo las señales viales que la ligan a la carretera principal y a los forasteros indeseados.
Dibujo coloreado a mano a
partir de un grabado de David Meltzer

 
obra de Peter Leblanc, 1964.
Sobre The Art / The Veil el propio autor ha dicho: «Estas dos obras tratan sobre la paradoja del confinamiento, los de EL VELO son poemas que se imprimieron a sí mismos (que in-sistieron ellos mismos) durante el tiempo en que enseñé escri-tura en una prisión estatal. Los reclusos utilizan las palabras “afuera” y “adentro” en un sentido que, después de mucha reflexión, me di cuenta que los hacía intercambiables y nada diferentes a nociones similares utilizadas por el poeta para describir su propio trabajo y su ser. EL ARTE es sobre ese trabajo. Cómo el adentro se ocupa de su salida y el afuera de su entrada» (“Nota del autor”). En la primera parte, “El ve-lo”, se concentran los poemas presidiarios y aquellos sobre los aprietos y trampas (algo cinematográficos) de la vida ordinaria: las áureas posibilidades que promete un robo a mano armada, el asesinato doméstico, la eterna revolución inconclusa siendo televisada y monitoreada, la escritura co-mo encierro, la sombra luminosa de las drogas, &c. Ese velo acaso pueda entenderse entonces como lo que nos separa de lo que no es y que por lo tanto nos empuja o tiende un puente para actuar, acción u omisión, coraje o temor; aque-llo que está «entre lo que llamamos corazón/ y el mal real». Otra dialéctica.
Los poemas de “El arte” escenifican la rutina del artifi-cio, de la escritura, de la (alucinada) creación poética, del trance de las palabras, y de alguna forma ofrecen un adentro alternativo al afuera del encierro. Si el valor de Bark se jue-ga en ese humor rancio y animal, típicamente beat, el de El arte / El velo tal vez resida en el filo de un juego dialógico entre el adentro y el afuera, entre lo dicho y lo no dicho, en-tre el poema (aunque Meltzer califique el estilo del libro co-mo «de orador callejero, no poesía») y su anverso: la muerte.



Lawrence Ferlinghetti, el último de los mohicanos de la Gene-ración Beat, dijo en ocasión de la publicación de When I Was a Poet (2011), volumen 60 de la prestigiosa colección The Poc-ket Poets de la editorial y librería City Lights Book que él diri-ge y que es algo así como el hogar de la memoria de los Beats en la costa oeste: «Con este libro fundamental, David Meltzer toma su lugar entre los grandes poetas de su generación».
Espero que Ladrido: una polémica & El arte / El velo pueda servir a un propósito semejante y permitirnos comenzar a dar-le a la obra de Meltzer un lugar entre los muchos poetas de la Generación Beat que aún nos resta conocer para, de alguna forma, sumar piezas al complejo rompecabezas que fue la últi-ma vanguardia literaria que dio la literatura del siglo XX.


Eric Schierloh,
invierno de 2012.


[1] Meltzer también comparte con Ginsberg el interés por el misticismo judío.
[2] El libro es una suerte de collage en prosa y verso, y está considerado como su obra épica sobre la Generación Beat. Jack Hirschman (poeta y acti-vista estadounidense) dijo que era «el trabajo lírico-político más importante de Meltzer (…), escrito por un poeta que, en términos de la invención rítmi-ca y verbal y del trabajo con las figuras de la cultura popular, no tiene rival» (en wikipedia.org/wiki/David_Meltzer).
[3] Ambos están disponibles en la web del autor: meltzerville.com/links.htm

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